Santurtzi, 16 de Noviembre de 2020
Desde el comité de empresa de Bilboestiba-CPE queremos informar de la realidad que a día de hoy se está viviendo en los muelles de Santurtzi con motivo del conflicto en el que está inmerso.
Partimos de una negociación de convenio colectivo iniciada en diciembre de 2019 y que ya, desde un principio, se preveía larga y complicada, pero que en todo momento afrontamos con la voluntad de hablar de absolutamente todos y cada uno de los puntos que recoge el actual convenio en vigor, además de otros que se pudieran añadir, y por supuesto de llegar a acuerdos como en épocas y convenios anteriores.
Sin embargo, ya desde el comienzo se atisbaba poca fe negociadora por parte de las empresas, las cuales se presentaron con unas propuestas en los puntos principales del convenio que apenas se han movido durante estos meses, inmovilismo en sus solicitudes a lo que se sumaba un rechazo a las nuestras. Poco a poco empezaba a coger forma el término “imposición”, perdiendo fuerza el término “negociación”.
Sumado a esto, desde el principio del proceso la parte empresarial comenzaba condicionando las reuniones con amenazas de disolución de la empresa Bilboestiba-CPE, empresa que alberga a los 320 trabajadores indefinidos, los cuales cedieron un porcentaje de su masa salarial tanto en mejoras operativas como en salario para su creación hace escasamente un año. Además de esto, las empresas estibadoras son dueñas a la vez que clientes, ya que, según sus necesidades en cada momento, solicitan trabajadores a Bilboestiba. La inviabilidad de la empresa después de este breve periodo de tiempo y, tras comprobar la solvencia de sus antecesoras Sociedades de Estiba, resulta cuando menos sospechosa.
Esta actitud repetida en las diferentes reuniones hacía sospechar lo que más tarde se ha podido comprobar: que la parte empresarial no ha buscado nunca un acuerdo sino más bien un conflicto, empujando al colectivo de trabajadores que veían peligrar sus puestos de trabajo a defender sus derechos, abocando a estos a los límites nunca deseados de ejercer su derecho a la huelga.
A pesar de dar este paso, los representantes sindicales de los trabajadores han mostrado, en todo momento, su predisposición a seguir negociando y a intentar evitar que este conflicto se enquistara. La actitud empresarial con la que nos hemos encontrado, también durante este periodo, ha vuelto a ser tanto de bloqueo como de provocación, yendo un paso más allá y atacando directamente a más de cien familias de trabajadores eventuales que, tras más de doce años de servicio, profesionalidad y total disponibilidad, han sido apartados repentinamente del trabajo, prohibiéndoles el acceso al puerto y dejándoles en casa sin ningún pudor a pesar de disponer de trabajo para ellos. Una acción deleznable a la que nunca se debería llegar, es algo que traspasa lo laboral llegando a lo humano. Todo tiene un límite, señores “empresarios”.
La presión policial a la que estamos siendo sometidos dentro de las instalaciones portuarias, tanto trabajando como ejerciendo nuestro derecho a la huelga, se torna también del todo incomprensible y exagerada, y las instituciones que la ordenan deberían analizar la situación y la clase de conflicto en el que nos encontramos. Si cada vez que a un empresario de cualquier sector se le antoje no negociar con un trabajador y decida solicitar una presencia policial de esta magnitud para vulnerar derechos laborales y de negociación se le va a conceder la misma, este país puede coger un cariz más característico de otras épocas anteriores que de una democracia.
Por otra parte, las continuas difamaciones y falsas noticias vertidas por la parte empresarial, acusando a los trabajadores de incumplimientos, de amenazas y de un sinfín de acciones que para nada han sucedido en el puerto de Bilbao, solo intentan que la opinión pública tenga una percepción errónea de lo que realmente está sucediendo. Publicaciones por parte de Bilboestiba, de la asociación de consignatarios ACBE y de la propia Autoridad Portuaria, utilizando la palabra “LACRA”, no hacen más que aumentar una presión y una tensión que desde estas posiciones por el contrario se deberían intentar aplacar. Quizá es lo que estén buscando dentro de esa endiablada estrategia.
En este sentido, volvemos a recalcar que los trabajadores han tenido un comportamiento ejemplar a pesar de las provocaciones recibidas, tanto con los servicios mínimos abusivamente aplicados, que en ocasiones han llegado a ser de hasta el 100%, como ante episodios de esquirolaje y de un desproporcionado despliegue policial.
Teniendo claros los daños colaterales que un ejercicio de huelga puede suponer para otros sectores, daños que para nada son de nuestro agrado y que siempre hemos tratado de evitar, desde este colectivo hemos seguido intentando una salida negociada y pacífica de un conflicto que ha llegado al mes de duración. En base a esto, en la Comisión Paritaria Sectorial Estatal celebrada el día 6 de Noviembre vía telemática, los sindicatos participantes solicitaron una mediación a dicha Comisión, que pudiera provocar que las dos partes nos sentáramos con un mediador imparcial que intentase facilitar la llegada de acuerdos y el desbloqueo de la situación.
La respuesta de las empresas estibadoras una vez más ha sido la de rechazar la mediación, volviendo a dejar patente su nula disposición a negociar.
Posteriormente, la Autoridad Portuaria de Bilbao, la cual no se ha asomado por el conflicto en todo este periodo para realizar lo que se le presupone, que no es otra cosa que haber intentado que las partes llegaran a consenso y así evitar el conflicto, convoca el pasado día 11 a los sindicatos para una reunión en la que también están presentes las empresas. Más allá de hacer un solo movimiento por negociar, solo proponen un arbitraje, la pieza que les falta en toda esta estrategia de imposición. Incluso ante la posibilidad ofrecida por los sindicatos de no ejercer la huelga mientras exista negociación, su respuesta es negativa.
Este es el punto más revelador de todos. El hecho de que los sindicatos lleguen a ofrecer la posibilidad de no ejercer la huelga si se reabre la mesa de negociación y se realizan reuniones diarias, y que las empresas lo rechacen sin tener en cuenta absolutamente nada más que su pretensión inicial, resulta del todo denunciable. Pero que además lo hagan en presencia del presidente de la Autoridad Portuaria, y que este dé su beneplácito a que se continúe con la huelga a pesar de lo que ello supone ya toma visos de un complot para anular la negociación y conseguir la mencionada IMPOSICION. Por si había alguna duda.
Después de analizar todo lo sucedido hasta el momento, queda claro que las empresas estibadoras del puerto de Bilbao, con la inestimable colaboración de la Autoridad Portuaria, no han buscado en ningún momento una salida negociada, que han apostado por la vía de la imposición y que para llegar a ello han tomado el camino de provocar este conflicto a sabiendas de que el mismo acabaría por solucionarse, seguramente a su favor, en un arbitraje vinculante. Y esto sin importarles los daños sufridos por el camino tanto por el propio puerto como por todo lo que le rodea.
Para terminar, los trabajadores y trabajadoras del sector de la estiba en Bilbao queremos recalcar que una huelga, sea del sector que sea, es causada tanto por la parte que la provoca como por la parte que la ejerce, y el culpabilizar de la misma a una sola parte es totalmente injusto y desproporcionado.
Asimismo, queremos trasladar nuestra total voluntad de diálogo para defender nuestro trabajo, e instamos de nuevo a las empresas a llevar a cabo un calendario de reuniones que desemboque en unos acuerdos beneficiosos para todas las partes, acuerdos que pongan fin a este conflicto en el puerto de Bilbao.
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También adjuntamos lectura del comunicado de prensa por Iñaki Urueña delegado de Coordinadora Puerto de Bilbao y miembro del Comité de Empresa de Bilboestiba. Descarga de audio aquí